¿Por qué los niños son desordenados?
A medida que los niños van creciendo, y van descubriendo la vida nos damos cuenta que al parecer se sienten contentos y alegres en lugares desordenados, los que nos lleva a pensar a nosotros como padres que o les da fastidio colocar las cosas en su lugar después de jugar o simplemente se sienten bien en medio del desastre total.
Los especialistas lo explican de la siguiente manera, los niños no acomodan sus cosas porque les aburre y le resulta fastidioso, el guardar y ordenar sus cosas quiere decir que se acabó el juego y que la diversión ha llegado a su fin, situación está que no es para nada agradable y por eso tratan de evitarla a toda costa.
Psicóloga de niños en Barcelona
“Los niños simplemente hacen las cosas que les gustan”
Cuando más pequeños sean nuestros niños, podemos decirle alguna “mentirilla manipuladora” y lograr que arreglen sus cosas, pero a medida que crecen, estas “mentirillas” dejan de funcionar, y si no se sienten cómodos haciendo algo definitivamente no lo hacen.
Es más cómodo desacomodar que ordenar, da igual si eres niño o eres una persona adulta, y aquí debemos tener presente una gran verdad de vida: la mejor forma de convertimos en personas ordenadas es aprendiendo el hábito desde que somos niños.
Todos nosotros en nuestros primeros años de vida somos de desordenados por naturaleza, especialmente en nuestros primeros años de vida (los primeros tres años para ser exactos) a esta edad nos causa una gran alegría el desorden, a los nuestros infantes les resulta muy atractivo ver las cosas en lugares en donde se supone que no deberían de estar, esto le da una mejor comprensión del ambiente donde se desarrollan.
La idea de ser ordenados, metódicos y cuidadosos se la enseñan las personas adultas, que sabemos y entendemos la idea de orden como una forma de mantener la limpieza y pulcritud dentro de un espacio determinado (hogar, escuela, trabajo), para poder vivir de forma organizada
Pero debemos entender que para un niño, este concepto de orden no le interesa mucho, y que le resulta igual que las cosas estén en orden o no, sin embargo sabe que al no seguir las normas asimila que lo realmente es importante y lo que no, y en este escalafón de desafíos, el desorden significa algo que debe explorar a profundidad, para ver hasta dónde puede llegar y cuáles son las repercusiones de sus actos
Cómo enseñar un niño a ser ordenado
Lo primero de debemos entender como personas adultas es que es un proceso largo, no se aprende a ser ordenado de la noche a la mañana, debemos alternar entre la rigidez y las concesiones que hacemos para inculcar el hábito del orden.
Debemos ser inflexible cuando nos toca dar alguna orden (en algún momento tendrás que hacerlo) y si recibimos una respuesta negativa, no debemos rendirnos, debemos insistir e imponernos.
A la mayoría de los adultos nos agrada y nos llena de satisfacción ver las cosas ordenadas, que todo esté en el lugar que le corresponde, pero generalmente a los niños les da exactamente igual, y simplemente no le prestan atención al lugar donde deben de estar las cosas, y si queremos que sean ordenados debemos “si o si” inculcarle el hábito del orden.
Los padres que al final son ellos los que terminan recogiendo el desorden de sus hijos, están alterando la idea del orden en el niño, y sin querer están eliminando cualquier idea de responsabilidad y disciplina en sus hijos, sus hijos se acostumbrarán a la idea de que los padres son los que responden por sus acciones.
⦁ ¡Atentos!
Como padre no debemos cometer el error de “inutilizar” a nuestros hijos, es decir, realizar tareas que debe hacer el niño y al mismo tiempo quejarse por tener que hacerla, recuerde que debemos motivar a nuestro hijos a realizar sus obligaciones y no quitarles responsabilidades, de lo contrario el niño se acostumbrará y se convertirá en un círculo vicioso que se puede prolongar por mucho tiempo.
En ocasiones los padres se lamentan y dicen que en la escuela sus hijos son ordenados y recogen todas sus cosas sin ningún problema, pero en el hogar es otra historia, hacen lo que sea para no cumplir con sus obligaciones y se resisten a ordenar o acomodar cualquier cosa.
Y la razón principal que este comportamiento sea así es que en la escuela el profesor crea una disciplina y le asigna una responsabilidad común al grupo (todos recogen, todos arreglan) y perderse esa actividad no es una opción para el niño
Cosas que debes hacer con tus hijos
La forma óptima de animar a nuestros niños a ser ordenados es simplificarles las cosas:
⦁ Plantéale una negociación:
Si recoge el desorden que hizo, recompénsalo con algo que le guste, puede ser alguna golosina, o permite que vea u poco más de su programa favorito de TV, o simplemente realiza con el alguna actividad divertida que le guste a ambos.
⦁ Explícale por que debe recoger y ordenar sus cosas
Para mantener su habitación más limpia y aseada, para que no se tropiece con sus juguetes, para poder encontrar las cosas que buscan más rápido, en fin a mil formas (creo que entiendes la idea).
⦁ Coloca los colgaderos a su altura:
Para que el solo pueda colgar su chaqueta y correas.
⦁ Ordena y organiza todos los juguetes en cajas
De esta forma es más fácil para el niño, solo tendrá que colocarlos allí, en ocasiones puedes ayudarlos pero “ojo” nunca debes hacer todo trabajo por él.
⦁ El niño debe aprender a asumir la responsabilidad de su desorden:
El niño debe aprender a responsabilizarse de su falta de orden, para que más adelante cuando crezca, pueda convivir pacífica y civilizadamente con otras personas, esta labor no es fácil, requiere de constancia, persistencia y sobre todo mucha paciencia, y por supuesto sentido común para saber reconocer cuando el niño puede hacer o no hacer una determinada actividad.
Como padres debemos ser estrictos pero sin pasarnos, recordemos que se trata de inculcarle el hábito del orden, no que nos vean como ogros regañones.
Lo que NO debemos hacer con nuestros hijos
⦁ No ser constante e impacientes:
De nada sirve hacer que su hijo ordene su habitación un día y luego los días siguientes lo arregla usted, acá está mandando un mensaje equivocado al niño, porque el pensara que se trata de algo ocasional y no de una actividad que debe hacer diariamente (como bañarse o cepillarse los dientes).
⦁ Acostumbrar al niño a recibir regalos cada vez que ordene algo:
En principio está bien, para motivarlo, pero con el paso del tiempo debemos restringirlo, él debe entender que ser ordenado es su responsabilidad, y no algo que hace para recibir un premio, de lo contrario el día que no le den un premio simplemente no hará nada.
⦁ Manipularlos emocionalmente:
Los padres que a menudo utilizan la manipulación y el chantaje para conseguir las cosas rara vez obtiene lo que buscan, chantajear con lamentaciones como “mira lo que hago yo por ti” o “que será de ti cuando no vivas conmigo”, no hace que los hijos cambien al contrario crean sentimientos de culpa que no son beneficiosos y pueden generar problemas a largo plazo.